sábado, 27 de mayo de 2006

Método no-ortodoxo 1

En la última clase del viernes tomé una media excepcional con uno de los alumnos más pesados. Es decir, que no se trataba de cambiarlo de sitio, o de expulsarlo o de ponerlo delante. Eso me recordó otra medida de este tipo que adopté con otra alumna de lo más paliza hace unos meses. Voy a contar esta última:


Situación: clase de mates; tema: fracciones (qué interesante, ¿eh?) Una de las alumnas que están en la primera fila (ya se ha perdido la técnica del disimulo; quizás deba comentarlo en Tutoría) está constantemente girada de espaldas a la pizarra y también a mí. Después de advertirle varias veces, me canso y le digo que a la próxima le dará la vuelta a la mesa y dará la clase de espaldas a la pizarra.


Como los alumnos tienen memoria de pez a los cinco minutos ya está de espaldas. Le invito amablemente a que gire la mesa pero se niega, con la boca pequeña, eso sí. Pero quiero darle una lección así que pido a la clase su opinión:


Garin: Que levante la mano quien quiera que Alumna_Pesada gire su mesa.


¡Y todos levantan la mano! Fue espectacular.


El pueblo ha hablado y ella comienza a girar la mesa.. cuando ya la tiene puesta al revés, la perdono y le permito volver a su posición original. Temo que vuelva a hablar pero esta vez está calladita hasta el final de la clase.


Garin: 1 - Alumna pesada: 0


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí lo que dices me recuerda mucho a mis clases particulares. Creo que más que memoria de pez les hace falta un poco más de orgullo. A algunos les da igual si les dices A o B, se quedan tan contentos. Yo suelo hablar mal porque no veo otra forma mejor de expresión que decir un tacazo y quedarme tan agusto; sí, delante de ellos me corto mucho, no es que me cueste, pero qué ganas tengo muchas veces de decir a mi Alumna-Pesada: ¿A qué cojones te apuntas a clases gilipollas? Jejejeje pobres niños, esto se lo he dicho de forma más suave, pero me entiende: si no le obliga nadie a venir, eso me consta, ¿a qué hostias viene? La verdad yo era cabrona de jovencilla pero las clases particulares me enseñaron a valorarlas joder.
Jejejeje no uso tu blog para desahogarme, sólo hoy.
Saludos

Garin P. dijo...

ja ja ja. Escribe cuanto quieras, ya ves que aquí no viene mucha gente; me hace ilusión ver que soy leído. Por desgracia, mi alumna-pesada es de 1º de ESO y está obligada a venir... :-S.

Yo era buen alumno en general, pero si alguna clase me aburría o no me gustaba pues me quedaba calladito y no molestaba.

Muy cierto que muchos se tragan lo que les eches... (te estoy leyendo, pero hay mucho, ya te haré algún comment...)

Un saludo.