miércoles, 31 de enero de 2007

Excursión

Una excursión me ha librado de los terceros de ESO. El que me tocaba era un grupo agradable pero así acabo una hora antes. ¡Yujuuu!

Ahora estoy en el departamento solitario (y gélido) contándooslo. He mejorado el método para que no me cacen. Estoy usando un explorador (Opera portable) desde mi USB. Al cerrar el navegador toda la información que pudiera haber dejado se borrará. Aún hay una versión para paranoicos: la de un sólo uso que se autodestruye. Je jejeje.

Bueno, imprimo un examen y me voy a casa.

martes, 30 de enero de 2007

Setz dich! (¡siéntate!)

Según iba hacia el insti, oyendo la canción Bück dich de Rammstein (así llego bien espabiladito) se me ocurrió otra versión un poco más docente. Así que, cuando volvía de unas clases maravillosas (sin sarcasmo) le he dado forma. Seguro que tiene cosas mal pero es sólo para echar unas risas, aunque como soy un obsesivo de la ortografía y gramática, me gustaría que fuese correcta.
Setz dich! (¡Siéntate!)








Setz dich, befehle ich dir
stehen still und gucken zu mir.
Die Übrigen ist mir egal.
Setz dich.

Der Schüler will nur reden,
mit den Freunden außen spielen.
Ich will nur Unterricht erteilen.
Ich bin enttäuscht, total enttäuscht.

Setz dich

Der Schüler hat sich gesetzt
mit einem Kuli in der Hand
Zeig' ich ihm was man machen kann
und dann ich fang zu schreiben an.

Der Schüler stammelt ein Gebet
aus Angst weil es mir abstrakter geht.
Versucht die Zeichen zu schreiben
aber er hat keine verstanden.

Setz dich!
Siéntate, te ordeno que
te estés quito y me mires.
Lo demás me da igual.
Siéntate.

El alumno sólo quiere hablar,
jugar fuera con los amigos.
Yo sólo quiero impartir clase.
Estoy decepcionado; totalmente decepcionado.

Siéntate.

El alumno se ha sentado
con un boli en la mano.
Le enseño lo que se puede hacer
y empiezo a escribir.

El alumno balbucea una oración
por miedo porque me vuelvo abstracto.
Intenta copiar los símbolos
pero no ha entendido ninguno.

¡Siéntate!
Pongo la canción como enlace externo para que aparezca el mando del sonido y poder bajarle un poco. Eso sí, al cargar la página, la canción se cargará también y puede empezar a sonar. Habrá que ser rápido. Bück dich!

Hay un espacio anormal entre el título y la letra. No sé tanto html como para quitarlo. ¡Mucho es que podido ponerlo como dos columnas! :-)

viernes, 26 de enero de 2007

El teletransporte, ¿para cuándo?

Me despierto y el cielo está grisísimo (¿esto existe?). Hace un viento huracanado y el agua cae desde el cielo con una cierta violencia. Menudo panorama para el resto del día. Pienso en el viaje hasta el insti. ¿Es posible que encuentre nieve? No lo creo. Lo que me encuentro es con un poco de tráfico. No es mucho pero se nota. Los limpiaparabrisas van a toda velocidad; el cristal se empaña un poco. Un camión pasa rápidamente por el sentido contrario y me ducha; durante un segundo no veo nada. Intuyo la carretera y sigo adelante.

Llego al insti y como hoy entro tarde no hay ningún hueco cerca de la puerta para aparcar. Tengo que dejar el coche donde cristo perdió el mechero y taparme con el Paraguas De Emergencia™ que llevo siempre debajo de un asiento. Por supuesto el paraguas está en un estado ruinoso y por poco no me lo arrebata el viento. Pero se porta como un paraguas adulto y cumple su función.

Clase, clase y clase.

Cuando guardo los libros y me estoy poniendo la chaqueta miro por la ventana de la sala de profes. Llueve menos pero el viento sigue soplando como antes. Me despido de los profes y tan pronto como salgo por la puerta abro lo que un día fue un paraguas negro. El viento lo ha machacado y, cuando llevo medio trayecto, prefiero cerrarlo. Entonces la lluvia arrecia. Dejé el coche en una calle en pendiente y el agua baja al estilo Niágara. Por suerte el coche está en el mismo sitio en que lo dejé; temía que se lo hubiera llevado la corriente hasta la huerta que está al final de la cuesta. Hace unos cuatro años vi como el agua arrastraba un coche y lo ponía en medio de un cruce (quizá no llevaba el freno de mano puesto). Bueno, entro en el coche, pongo Rammstein y el aire caliente. De vuelta a casa. Inocente de mí, pensaba que volver sería más fácil que ir.

Ha estado lloviendo desde no sé qué hora de la madrugada; el suelo ya no absorbe más. Está saturado. Y según el tipo de asfalto de la carretera ésta se mantiene más o menos seca o se convierte en una piscina. La mayoría del trayecto me veo obligado a conducir por la piscina. Lo peor es al tomar momentáneamente una autovía. Aparecen varios camiones a velocidades de vértigo y de sus ruedas se levanta como una neblina formada por gotas diminutas. Cómo no, el asfalto es de tipo piscina. De nuevo toca intuir las líneas de la carretera. Finalmente llego al asfalto bueno y me relajo. Busco aparcamiento mientras pienso en escribir esto en el blog.

jueves, 25 de enero de 2007

Etapa de montaña

Los jueves tengo un horario horrible. Algo que empieza suavecito a primera hora pero poco a poco va haciéndose más y más empinado. Cuando ya son las 2, aún tengo una clase más, con un 4º. Son bastante disciplinados pero hay hambre y pocas ganas de resolver ecuaciones. Me ha costado un poco comenzar la clase pero con un poco de insistencia he conseguido el ansiado silencio. Para no machacarlos cruelmente, les he dado una hoja con ejercicios para ir haciéndolos en clase. Yo me paseaba por ahí para "agitar mentes" con respuestas parciales a las preguntas que me hacían. Así que el silencio ha durado lo justo para darme tiempo a explicar de qué iba la hoja que les iba a repartir. De todas formas me gusta que se pregunten entre sí para que cambien ideas (o las uvas están verdes).

Cuando acabo la primera hora tengo un hueco que he aprovechado para preparar esos problemas, me ha entrado un sueño que casi me quedo con la cabeza apoyada en teclado del ordenador. Como me había ido al departamento para garantizarme un ordenador estaba solo y en silencio. Tras la guardia (nada accidentada a pesar de faltar tres o cuatro profes) y el patio lo último que apetece es ir a enfrentarse a una panda de adolescentes pero, en fin. Y así sin parar hasta las 3 pm. Luego un viajecito por las amables carreteras secundarias de la provincia.

martes, 23 de enero de 2007

Café

Excepto por un clase que es un poco habladora, no tengo problemas con los niños. Al menos hoy se han comportado bien; supongo que debido a que era la primera hora.

He estado hablando con más profes; hay alguno del departamento que es bastante simpático. Sin embargo tengo la sensación de que los profes de mates son como un ghetto. A mí no me gusta eso. Como si no fuera suficiente marginador el ser profesor de mates. Un chico hoy me ha dicho si ser maestro de matemáticas no era muy aburrido. Le dije que aunque el tema que estamos viendo no es muy apasionante (Polinomios) seguro que hay cosas peores. Pero, ¿las hay? Las mates tienen mala fama; es así. Es la realidad.

Los de la editorial sm han hecho un regalito a todos los profes del IES Sin Nombre: una cafetera pequeñita. También venía con café (sin moler) y con azúcar de no sé donde. Ya la he estrenado y me he hecho un café cargadito. Hmmmmmmm, café....

jueves, 18 de enero de 2007

Conociendo gente

Un día más de exploración. Todavía me confundo con las aulas y como no reconozco aún a los alumnos me cuesta encontrar algunas aulas. De hecho, creo que algún grupo cambia de aula pero no estoy seguro.

Hay bastantes profes jóvenes y me estoy empezando a relacionar con ellos; otros menos jóvenes también están muy abiertos a nuevas incorporaciones. El ambiente es muy agradable. Cuando me preguntan a quién sustituyo y les digo quién es nadie lo conoce. Debía ser un insociable aunque, por teléfono, parecía simpático. Me está costando retener los nombres; eso se debe a que no son muy malos y no hay que llamarles la atención. Es extraño.

Un detalle más de este insti, aunque aún es pronto para afirmarlo, es que hay poca inmigración. No sé si será un reflejo de la población del lugar. A ver si voy preguntando y me entero. Las clases me recuerdan a las mías de cuando iba al instituto, con el moribundo BUP & COU.

miércoles, 17 de enero de 2007

Profesor Livingstone, supongo.

Poco a poco voy explorando el instituto. Como suele pasar, tiene una simetría endemoniada que hace que te confundas de pasillo dos o tres veces al día. Pero ya tengo controladas algunas de las aulas. Otras no y tengo que ir preguntando a los alumnos para que me guíen.

De momento, los alumnos parecen vivir en el mundo al revés. Los que debían ser buenos académicamente no sabían ni resolver una ecuación de segundo grado y los que, en principio, eran unos maleducados y vagos, están motivados y siempre callados. Hummm, qué raro.

He descubierto en la sala de profesores, además de una máquina de café, una máquina de botes de refrescos y, ¡atención!: una nevera y un fregadero. También hay una máquina dispensadora de agua. Ya me he apropiado de un vaso que ahora descansa en el casillero.

El departamento se ha quedado triste y solo sin mí hoy. Hay allí un ordenador que me puede servir para escribir algún post en algún hueco miserable que tengo. Bueno, eso si no me congelo de frío porque parece que la calefacción no llega allí. Mañana más.

martes, 16 de enero de 2007

Sí, es Sustituyenda; se confirma

Es momento de hacer el resumen del primer día en el nuevo insti; el IES Sin Nombre. Tras casi 50 minutos de trayecto aparco cerca. Entro al instituto y trato de recordar dónde estaba el departamento. De momento me funciona la memoria. Cojo los libros y los miro un poco. En 5 minutos tendría que estar en una clase de 3º hablando del apasionante mundo de los polinomios. Toca el timbre y entro en el aula. Hablaban un poco pero se han portado bastante bien. Luego un par de clases más y por hoy es suficiente. Menos mal que empiezo poco a poco.

Estoy en el departamento, que está desierto; no tiene nada excepto una mesa y sillas. Hace mucho frío. Estoy seguro de que sólo yo he entrado en todo el día. La vida se hace en la sala de profes. Bueno, voy a pasar el recreo en ella para ver si me integro (como en el chiste). Pues me he encontrado de frente a Sustituyenda. ¡Qué sensación más rara! Pero parecía contenta de verme. Bueno, al menos ya tengo alguien con quien hablar. Después he hablado con algunos otros, me tengo que empezar a aprender los nombres.

Los alumnos se han portado bastante bien, ya veremos la evolución.

lunes, 15 de enero de 2007

Nuevo IES (y van 5)

Hoy ha sido un día extraño. Desvelemos el secreto: mañana empiezo en un nuevo insti.

Poco después de escribir la entrada anterior ha sonado mi móvil y la mujer-que-da-las-citas me dice que hay una adjudicación ya. Pero ya es YA. Y que estoy solamente yo convocado porque hay sólo un puesto a cubrir. Pues nada, para allá que me voy; al viejo PROP.

Una hora después ya estoy hablando con el jefe de estudios del instituto, el cual está más bien lejos. Me da indicaciones para llegar y me dice que en un momento estoy allí. Ni de coña. Precisamente su primera indicación queda invalidada por unas obras faraónicas que ya las quisiera Gallardón para sí. Desaparece toda referencia al lugar que tengo que ir y voy a ciegas, echando mano del instinto y de la orientación (si es que tengo de eso). Bien, me ahorro los detalles del trayecto; quedémonos sólo con que he tardado 40 minutos sin tráfico. Al final consigo llegar el edificio, que está en buen estado. Parece nuevo y recientemente lo han ampliado.

Me dan un montón de material (horarios, carpetas, calendario escolar...) y me dan las llaves. También me enseñan el departamento, que es grande pero muy frío, y algunas aulas. Sin embargo en el horario no están las aulas y no me acabo de fiar del jefe de estudios. Dentro de un rato tengo que llamar a mi sustituyendo. Los grupos parecen buenos, aunque hay un bachillerato de CC SS algo numeroso. Ya contaré en los días sucesivos qué opinión me merecen los alumnos.

Parece que haya sido bendecido por los dioses porque tampoco soy tutor. En el horario no pone guardias; de momento me abstengo de preguntar. Por si eso fuera poco, el horario no está mal. Y para finalizar me dice el jefe de estudios y la jefa de departamento que la baja es para todo el año. ¡Hay que hacer una fiesta! ¡Pero qué coña tengo!

A lo mejor aún me quedan restos en la sangre del Café de la Psicodelia™ porque ha pasado algo muy raro; algo que me hace pensar que estoy viviendo dentro de una novela. Mientras buscaba los libros en el departamento —he cogido unos de acuerdo con las editoriales que me han dicho pero había varios libros distintos para cada editiorial y curso— he mirado las listas para ver si ponía quién es el tutor de cada grupo. Pues en uno de los terceros... ¡aparece en todo su esplendor el nombre de mi sustituyenda en el IES Mad Max! ¿Será casualidad? ¿Otra persona se llama igual? ¿Dónde está la cámara oculta?

Así están las cosas. Ahora voy a llamar al pobre hombre a ver qué me cuenta. Y bueno, ya que estoy le pongo nombre al insti. En la hoja que me han dado para justificar la sustitución (la llamada credencial) ponía
IES ____________________________.
Eso, en blanco. No tiene nombre. Al insti se le conoce allí sólo como el IES [Nombre del pueblo/ciudad]. Queda bautizado este instituto como el IES Sin Nombre.

Seleccionado (?)

Veo en la página de la Consellería que estoy seleccionado. Vuestras oraciones y amenazas (y las mías) han dado su fruto. Ahora sólo debo esperar la voz de chica habitual que rápidamente me da cita (como en el médico) para el acto de adjudicación.

viernes, 12 de enero de 2007

Cómo se fabrica un matemático (I)

Mientras todos los días parecen el día de la marmota (hoy es más igual que ayer pero menos que mañana) y espero pacientemente a que me llamen a filas voy a contar por qué y cómo he estudiado matemáticas. Sí, un ejercicio tremendo de introspección y trigonometría.

Tenía 16 años cuando caí en la cuenta de que las matemáticas no eran sólo calcular como un poseso y hacer raíces cuadradas a mano. No sé si me di cuenta tarde o pronto; lo que sí sé es que no me gustó lo que tenía delante: polinomios. ¡Cómo los odié! El primer curso del ya extinguido BUP se convirtió en lo que más odiaba: calcular como un poseso, pero con letras. Por si fuera poco, lo que a mí me interesaba, la física, no se veía hasta el siguiente año. De todas formas no era díficil, con letras o con números todo se reducía (literalmente reducía) a calcular calcular calcular....

Al año siguiente las cosas mejoraron porque empezaron a aparecer, y además de forma drástica, nuevas palabras como vector, función, módulo, coordenadas, épsilon.... se estaba abriendo todo un universo de cosas nuevas. Me di cuenta de que estaba mirando sólo la punta de un iceberg enorme. Sufriendo un poco por el formalismo (el uso de los cuantificadores y , es decir, "para todo" y "existe") y el, como vería mucho más tarde, viejo juego del épsilon-delta.

Ya desatada mi curiosidad, me fui un día a un Corte Inglés a mirar los libros de problemas para Selectividad para Matemáticas I de COU. Allí, aparte de no entender nada de nada, vi algo que me parecía más una quiniela que un problema de matemáticas. Sobre todo porque no había operaciones. Vi algo así:
Traté de memorizarlo y se lo pregunté al día siguiente al profesor cuando acabó la clase. La respuesta que me dio fue que eso era muy fácil y que no me debía preocupar. Me quedé con la duda hasta que un año y pico después me compré mi primer libro de matemáticas. Para entonces ya había entendido que había demostraciones, que había unas cosas llamadas teoremas y que había problemas que se salían de los conocimientos que caben en un BUP (con el consiguiente desasosiego).

Uno de los momentos en que más consciente fui de la magnitud de las matemáticas fue cuando me enteré de la existencia de las olimpiadas matemáticas. Al ver esos problemas me parecía que la educación matemática era un granito de arena en un desierto. Había problemas que no parecían de matemáticas como los que tenían que ver con juegos y con estrategias ganadoras. Era raro raro raro....

lunes, 8 de enero de 2007

Género o sexo

En mi entrada del 28 Dic cometí un error semántico que por desgracia está bastante enquistado en nuestra sociedad. Hace unos días lo corregí pero me quedé pensando en él y me acordé de un pequeño artículo que leí tiempo atrás. Trata sobre la violencia de género y está escrito por un matemático, cosa curiosa, porque los matemáticos son lo más parecido a los otaku, por desgracia. Por supuesto, hay excepciones. Bien, hecha la introducción y tras haber encontrado la página del artículo te dejo la dirección por si te apetece echarle un ojo.

domingo, 7 de enero de 2007

La vuelta al cole.

Mañana se retoman las clases. Para mí, las vacaciones ahora se convierten en un estado de semi-letargo en el que debo estar atento por si me llaman. De un día para otro no sabré si estaré dando clase en el exilio o al lado de casa. Hummm... Me empieza a resultar familiar...

Tengo a 6 personas delante de mí, en la lista de espera. Yo le echo una semana de calentamiento de motores. A ver si se cumple la profecía (si me llaman antes, mejor, por supuesto, pero no cuento con ello). Y como siempre, si me mandan lejos, que sea mucho tiempo; y si es cerca, que sea mucho tiempo también. Espero que los reyes os hayan traído el mínimo de carbón exigible. Mis reyes se han portado bien (o quizás peor que yo y por eso no pueden negarme los regalos...jeje). Pues yo no me he portado todo lo bien que habría podido.

Actualización (a 13:27) 8/1/07: Estoy el 3. Esto se anima.

jueves, 4 de enero de 2007

El hombre que odiaba las matemáticas

Él simplemente está más allá de las cosas físicas. Lo trasciende todo. No le importa nada si puede de vez en cuando hacer matemáticas y no sólo viajar por todas las ciudades del país impartiendo conferencias aburridas y triviales sobre temas que ya exprimió hace años y de los cuales no quiere volver a saber. En realidad las matemáticas son tan sencillas para él que algunas veces le sobreviene un hastío terrible. Su vida le parece vacía y envidia al ciudadano medio que siempre puede encontrar una estructura algebraica o un problema profundo que se le resista y entonces luchar con todas sus fuerzas hasta derrotarlo o salir derrotado. Él no puede hacer eso. Jamás ha dejado de resolver un problema que se haya propuesto. Todo es demasiado fácil para él y no ha podido desarrollar todo su potencial matemático. Le cuesta considerarse matemático. Hay días que grita a todo el que se cruza en su camino:

—¡Odio las matemáticas!

Y grita hasta que cae agotado al suelo y luego llora hasta que queda seco y sus ojos se vuelven vidriosos y opacos. Su oscura frente se tensa y sólo un gemido sale de su garganta. Es un espectáculo lamentable observarlo en este estado. Se suele agarrar la cabeza y entre sus dedos aparecen mechones muy negros de su cabello. En sus 31 años ha tenido tiempo de conocer los mayores éxitos a los que se puede aspirar pero también alberga dentro de sí una desgracia tan grande como su talento.

martes, 2 de enero de 2007

Bolinga

De vuelta a mi celda, tengo que admitir que he desconectado totalmente de todo. No hubo nieve porque con este clima tan raro hizo incluso calor. Me lo he pasado genial, he comido, bebido, dormido, jugado y reído muchísimo. El sitio era genial y la compañía, aún mejor. Después de estos excesos, volveré a la faena, poco a poco, eso sí. Escucha esta canción, que es uno de los himnos que canto con los colegas cuando me voy de fiesta:

«No me digas colgao,
mejor dime bolinga.
Esta droga es legal,
no hace falta jeringa.»