martes, 28 de febrero de 2006

Destino

He cogido una sustitución por maternidad en un insti a unos 20 minutos de mi casa sin contar los atascos. Mañana empiezo. Con los atascos matutinos será otra cosa. Tomo un margen de seguridad de unos 40 minutos. He ido a ver dónde estaba y esta vez no me he perdido en absoluto pero el insti estaba cerrado y no veía el nombre de la calle en ningún sitio. He preguntado por ahí y el quinto al que preguntaba me ha confirmado que sí, que ése era el instituto buscado. Eso espero. No tengo horario; no tengo llaves de las aulas ni del departamento, no sé qué cursos tengo. Voy a impartir 6 horas de Tecnología; no tengo ni idea de qué es eso.


Así que se acabó ser nómada durante este curso. Ahora hay que estudiar las oposiciones para dejar esta inestabilidad futuril que es ser profe interino.

lunes, 27 de febrero de 2006

Etapa 2


Estaba el número 0 en la lista de la bolsa de trabajo. Hoy a las 14:20 aproximadamente me han llamado y me han convocado para mañana. Otra vez salgo del banquillo y empiezo a calentar. He sido tocado por el apéndice del monstruo del spaguetti volador.

viernes, 24 de febrero de 2006

Historia de un pañuelo de papel

He ido al instituto a recoger el papel del cese. No he ido al examen ni a ninguna de las otras clases. He estado en el departamento ordenando los papeles que le tenía que dar al profesor-al-que-sustituyo. Aparecían compañeros y les he ido contando la noticia. Han aparecido una alumnas de mi grupo bueno y me han dado una carta. Toda la clase ha firmado en ella. He subido al aula y me he despedido de todos. He dicho que me emocionaba un poco y una chica me ha dado un pañuelo de papel.


De nuevo en el departamento, como es un constante ir y venir de personas me he despedido más de una vez de alguno. Quizá alguien se ha quedado sin despedida. Cuando ya estaba devolviendo las llaves de las aulas me han encontrado unas alumnas del bachillerato (el examen muy largo y fatal) y me han dicho que el resto de la clase estaba en el aula de siempre. He subido para despedirme. Como es habitual han hecho un corro a mi alrededor para comentarme cosas de los problemas y en este caso del examen. La despedida ha sido menos emotiva.


Después de todo esto he ido al PROP de educación a llevar el papel. Dejé el coche en el Espai y fui andando desde allí. Cuando esperaba en el semáforo que está al lado de la parada de Túria he oido un ruido y al mirar he visto un motorista volando y aterrizando en el suelo en medio del cruce. Había golpeado con un coche que se cruzaba y le había desequilibrado. El coche paró cerca y una mujer cuarentona que me recordaba a la Carmina Ordóñez se acercó. El hombre se echaba las manos a la pierna; el casco había salido volando. Alguien lo recogió. Dos chavales de unos 17 recogieron la moto. Pero a Carmina sólo se le ocurre decir que a su coche no le ha pasado nada.


Cuando ocurre un accidente o algo similar me produce curiosidad lo mal y lo tarde que se reacciona. El hombre llevaba medio minuto tirado en medio del cruce cuando ha empezado a llegar gente. Yo estaba a 50 metros y he caminado hacia él; he llegado de los primeros. Nada más ver el accidente he pensado en llamar al 112 pero me he esperado a acercarme a ver la gravedad del asunto. He visto que tenía una brecha en la cabeza del tamaño de un palillo de dientes, parecía muy limpia. Miro alrededor y nadie llama. ¿Llamo yo? ¿Digo que llamen? En ese momento una mujer saca el móvil y pide una ambulancia. La herida del hombre sangra abundantemente y piden un pañuelo. Espero tres segundos y doy el que me había dado mi alumna. ¿Por qué nadie reacciona a tiempo? Viene carmina de aparcar bien el coche y pregunta que si llama al 112. ¡Dos ostias te daba yo!


La mujer que me ha cogido el pañuelo lo usa para limpiar la cara del hombre. Le digo que deje eso y que apriete en la herida. Me hace caso. Veo cómo el pañuelo de empapa de sangre. Me voy.


Ese pañuelo estaba esta mañana, a las 7:30 en la mochila de una chica de 16 años y ha viajado hasta la cabeza de un hombre para empaparse de sangre que a las 7:30 estaba siendo bombeada por su corazón mientras dormía o desayunaba. El mundo es muy raro.

jueves, 23 de febrero de 2006

Fin de la primera etapa

Hago el último repaso de bachillerato. Recojo ejercicios que mandé para subir nota. Luego tengo al grupo malo y les clavo el examen. A los diez minutos más de la mitad de la clase ha entregado. Paso de ellos y cuando faltan diez minutos para el patio los mando fuera. Son de pesados.... Los corregí y salvo alguna honrosa excepción caen todos. La verdad es que es una clase mediocre.

Tengo sueño, me entretengo hablando con otros profesores y llego 40 minutos tarde a la biblioteca. Firmo y suena el timbre. Me voy mientras tres alumnos que estaban allí me miran con cara de sorpresa. Tengo que entregar más exámenes. Se me olvidó comentar que el martes hice otro examen; un clon del examen del viernes. Me aprueban 6 de 22. Al menos hay un 9,25. Alborotan, gritan, me llaman seis o siete alumnos a la vez. Mi cuerpo está allí pero mi mente no. De hecho no sé dónde estaba mi mente en ese momento. Seguro que ni se había despertado todavía. Corrijo el examen y pido a los dioses que se acabe la hora. Sólo quiero irme a casa y ver Frasier (estoy enganchado).

Decidí corregir los exámenes porque si no hago pereza. Pero me llama el profesor-al-que-sustituyo y me dice que vuelve mañana viernes. Supongo que con un poco menos de previsión no me podía haber llamado. Vale, me resigno. No puedo hacer nada. Pero no corrijo los ejercicios que me entregaron los de bachillerato. Tienen examen a primera hora, pero yo no estaré. Iré de 9:30 a 10 para hacer los papeleos, despedirme de los compas y largarme de allí. No es mal sitio.

El lado positivo: mañana voy a dormir un poco más.

El lado negativo: ¿dónde estaré la semana próxima?

Repaso a la semana

Martes: Como el profesor al que sustituyo (que no tiene nombre) es muy cachondo, cuando ya me había despedido de medio departamento, va y llama al IES y dice que no, que sigo hasta el viernes. Así que me toca ir desmintiendo el rumor de que ya no vengo más. Las chicas dicen que es una estrategia para que me den besitos. Pudiera ser.

Al final es un día moderado y pasa sin pena ni gloria.

Miércoles: El mejor día. Bachillerato y luego el grupo malo, pero como salgo a las 10 estoy de buen humor. Además es el examen. Sin embargo me faltan muchos alumnos y resulta que ya había otro examen a esa hora y ese día puesto desde principio de curso. Voy a donde se está haciendo ese examen y les echo una bronca a mis alumnos. Pienso en catearlos pero soy demasiado bueno y aplazo el examen al jueves. La verdad es que van a suspender igualmente. Vuelvo a clase y hago una clase de repaso y, ¡qué raro! esta vez funciona.

Es el cumple de una profe del departamento y la costumbre es traer una caja de galletas de Surtido cuétara. Arraso con ella (con la caja de galletas) y tras felicitarla, por supuesto me largo de allí.

Un día XXXXXL

El lunes fue el día más largo del mundo.


Entré a trabajar a las 8:20 y tuve al grupo malo; el 3º. Era clase de repaso pero allí no le intersaba a nadie. Al final dejé de explicar y me quedé sentado. La verdad es que tenía unas ganas terribles de irme de allí porque estaba perdiendo el tiempo. Y si hay algo que me molesta es que me hagan perder el tiempo. Yo puedo perderlo y da igual, pero que me lo hagan perder no lo soporto.


Justo después tenía que enseñar los exámenes del viernes a los alumnos. A pesar de las nótas pésimas nadie protestó y me pasé la clase corrigiendo el examen y hablando con los alumnos. Luego tenía clase con el otro cuarto y luego biblioteca. Después una profesora de inglés faltó y tuve que sustituirla porque estaba de guardia. Y eso que yo no soy de inglés. Para más inri era la clase del "otro cuarto". Buff y al final tenía bachillerato. Hice repaso.


Salía a las 15h, comí, vi Frasier y cuando me quise dar cuenta, tuve que ir a la estación de metro de Xàtiva porque había quedado con un colega. Arrasamos en el Rodilla con los vales del Marca. Finalmente me llamó el profesor al que sustituyo porque vuelve el miércoles. ¡Qué cabrón!

sábado, 18 de febrero de 2006

Más examen

Les había dicho lo que iba a salir y sólo me faltaba haberles soplado las preguntas. Me han aprobado 3 de 12. Y corrigiendo con una manga más que ancha.

Me voy al sobre

jueves, 16 de febrero de 2006

Examen

Sigo hasta el viernes, de momento. Al final sí que veré cómo los alumnos separan las mesas para hacer el examen. Es una hora de relax. Son tan pocos que es imposible que copien. Hoy tuve clase con el curso malo, el 3º. Como ayer no dimos casi clase hoy tampoco querían... Estaban muy alborotados. Uno ha cogido una flauta y se la ha lanzado a otro. Reacción: expulsarlo inmediatamente de clase para que se apuntara en la hoja de incidentes. Al instante se ha hecho el silencio y hasta uno de los chungos (que resulta ser el que más controla de la asignatura para mi sorpresa) se ha puesto a atender y realizar los ejercicios. Hasta ayudaba al resto de compañeros. Pero a los dos ejercicios similares se han aburrido y pasaban de todo; pero de todo. Como hoy ha hecho mucho aire han visto volar una bolsa de basura (los contenedores se habían volcado) y les ha parecido la octava maravilla. Reacción: recojo el ejercicio y cuenta 1 punto para el examen. ¡Poned el nombre!


Uno de los malotes (al que expulsé hace dos semanas) me dice: Ya te lo entrego mañana profesor. “Claro, claro. Tú tráelo” le digo con la ironía más grande que puedo encontrar.


Después de algunas horas muertas en que he preparado unos ejercicios para el bachillerato he tenido el 4º revoltoso. Hoy me he imaginado cogiendo la cabeza de uno de los alumnos y estampándola una y otra vez en la mesa. Agarraba bien fuerte de la parte de atrás de la cabeza y ese sonido llenando el aula era de lo más tranquilizador. En realidad me he limitado a sobreactuar y fingir que estaba más enfadado de lo que estaba y ordenarle que saliera fuera. Pero me dice que no; que no sale. Ardo por dentro; los alumnos me miran. Es un pulso profesor-novato-sustituto (aunque he ocultado que soy novato) contra alumno-malote-provocador-con vozarrón. Me doy cuenta de que me he dejado el taco de partes en el departamento (¡qué cagada!). Mi voz es un susurro en el aula pero la elevo con peligro de escupir las cuerdas vocales y le grito que salga de la clase. Y le amenazo con un parte y le llamo por su nombre. Le miro fijamente, pongo cara de mala hostia y repito: ¡Que te largues! Finalmente flaquea y lo más sublime es darle la espalda cuando todavía no ha abierto la puerta. Es como celebrar un gol en el min. 91.


A los seis o siete minutos, abro la puerta y le digo que puede entrar si se comporta. Resulta ir más suave que un guante. Ah sí!!! Me encantan que los planes salgan bien.

miércoles, 15 de febrero de 2006

0% de stress

Hoy tenía sólo dos clases. La primera ha sido todo un aburrimiento. He puesto otro examen; para el viernes día 24. Los alumnos estaban dormidos; yo también. Sólo reaccionan si paso lista.


La segunda hora es con mi curso malo. Tenían examen de literatura y sólo me atendían dos (exactamente dos) de los 25 que son en clase. Tras hacer un ejercicio en la pizarra y hacerlo con cada vez menos ganas hasta el punto de escribir sin decir una palabra he puesto punto y final a la clase. Les he dejado estudiar (es decir que les dejo que no hagan nada pero sin armar follón) y me he puesto a hablar con tres alumnos de los más chungos. Al final cinco o seis han hecho un corro a mi alrededor y me han estado contando sus penas. Todos se asombran de que sea tan joven y quieren saber si salgo de fiesta, si bebo. En el fondo y aunque no son conscientes, se sorprenden de que un profesor sea también una persona.


Me preguntan que cómo es eso de ser profe sustituto. Ellos escuchan muy atentos. Les digo que no llegas a conocer a los alumnos y que ellos no te conocen. Les digo que ellos no me conocen. Que me gustaría un ambiente distendido en clase, que no quiero gritar (no tengo mucha voz) que me gusta la participación. Ellos dicen que también prefieren participar pero que muchos profesores sólo llegan, dan la clase desde la pizarra y se van. Eso me extraña porque cuando yo iba al instituto nadie quería salir a la pizarra. Cuando, a veces, he pedido voluntarios (excepto en bachillerato) siempre han salido. Incluso cuando no los he pedido; algunos se han ofrecido a hacer un ejercicio en la pizarra. ¡Y lo que es más; hasta sin tenerlo hecho, lo improvisan delante de todos! Si se equivocan los voy corrigiendo. Eso sí que me impresiona.


Unas horas más tarde estaba en el Espai Campanar tomando un café extra caro y extra delicioso. Me llevé algo de leer y como a esas horas está desierto, sólo se oye el hilo musical. Pedí un café llamado Blue Mountain que es originario de Jamaica. Vale 2,30€ la taza. Es la primera y la última vez que lo tomo. También probé otro de Kenia que estaba tan bueno como éste (1,60€). Me sentía como Frasier en el Café Nervosa.

Hasta mañana.

Estoy nominado

Me van a despedir.


Bueno, en realidad el profesor al que sustituía me llamó ayer y me dijo que va a volver el jueves con una probabilidad muy grande. Le operaron y aun no le han quitado los puntos pero como lo cogieron para una plaza de asociado en la universidad y si está de baja lo dejan fuera pues va ha hacer lo posible para incorporarse. ¡Maldito sea! Ahora que me había acostumbrado a los niños y ya me conocía el instituto. En realidad deseo que se le salten los puntos.


Ya tengo los exámenes preparados y a lo mejor no puedo repartirlos yo. No veré cómo es que los alumnos hagan un examen mío. Al menos lo corregirá él.


Pero todo esto es una posibilidad; nada más. Ya veremos. Mañana se supone que me llamará y me dirá si sigo o estoy nominado y expulsado.

martes, 14 de febrero de 2006

Martes por la mañana

Estoy en el departamento del insti. Acabo de tener una clase microrreducida de 10 personas. Son la mejor clase que tengo. Les he torturado con una sesión de problemas y ni se les oye hablar. Se puede escuchar la clase de al lado perfectamente. Luego los tengo otra vez porque cambiamos el horario; haremos repaso antes del examen del viernes.

Dentro de 50 minutos tengo una tutoría y no sé qué voy a hacer. Si está la chica que hace el CAP de psicología la pillaré por banda como la semana pasada para que me saque las castañas del fuego. Si no, pues que estudien (que falta les hace) y que no molesten mucho.

lunes, 13 de febrero de 2006

Exámenes & Coffee

Ya he acordado fechas de exámenes de todos los cursos menos del 1º de Bachillerato. Me parece que sea han sorprendido un poco cuando les he dicho que los evaluaría en breve. Incluso ha habido cambios radicales de actitud. De pronto dos chicas estaban superinteresadísimas en lo que yo estaba contando. ¡Vaya, vaya!

El primer examen es este viernes, serán 4 o 5 ejercicios no muy complicados; nada que no hayamos visto ya en clase. Como es con mi curso bueno, tendrán una nota subjetiva mayor. Ellos mismos creen que son tontos porque así justifican unas notas muy bajas. Pero no es así, sólo están apáticos y aburridos; y por lo tanto no les interesa nada de lo que yo pueda contarles y no atienden como toca. Con este curso albergo alguna esperanza. A ver qué pasa.

Los próximos exámenes son el martes 21, y miércoles 22. Ya hablaré de ellos.

Hoy se ha hablado seriamente de comprar una cafetera eléctrica para ponerla en el departamento. Todos menos uno somos cafeinómanos (y se lo perdonamos). Esto surgió porque una de las profesoras vino comentando que en el departamento de Ciencias Naturales había un olor a café que era una pasada. Ellos tienen un hornillo y una pila para lavar la cafetera. Afortunados.

Ya se verá.

Resumen

La semana pasada pasó rápidamente sin pena ni gloria. Hablé con el profesor al que sustituyo y parece que estaré aquí dos semanas más. De momento tengo que planear/perpetrar unos exámenes para los cursos que estoy llevando. He canalizado el salvajismo del curso de 3º de ESO: a los cafres que no paran de hablar, que no traen el material, que no quieren estar allí pero están obligados, que no saben ni sentarse bien los he marginado al final de la clase. Allí les dejo que hablen entre ellos siempre y cuando sea con un volumen moderado para que no molesten al 30% de la clases al que le importa algo lo que cuento. Yo no les veo la cara porque están de espaldas pero así se puede dar clase y mi garganta me lo agradece. Además lo he comentado con otros compañeros y les parece bien. ¡Yupi!

Pero un curso de los dos cuartos que tengo se está alborotando. No quiero expulsar de la clases a nadie porque en el fondo son buena gente pero se lo están ganando. El viernes saqué a una 5 minutos al pasillo a ver si se calmaba. Surtió un efecto relativo.

lunes, 6 de febrero de 2006

Empezando la semana

El resto de la semana pasó rápidamente y sin sobresaltos. Por fin tengo la llave del departamento. Todos los profesores son bastante majos. No así algunos alumnos que están sin civilizar. Sobre todo los de 3º de ESO. Así que tengo que hacer de domador de fieras. Quizá es parte del trabajo. No sé.

Ya no hay día que no pida una manivela. No es porque los alumnos quieran perder tiempo (que supongo que también) sino porque las persianas de las clases a la que van estos alumnos siempre están cerradas; las de las otras clases no. Como el grupo es bastante bueno no pasa nada y se comportan muy bien. El jueves expulsé a mi primer alumno. Estaba poniéndose muy pesado: levantándose, gritando, interrumpiendo a todos, molestando a los 5 o 6 que atendían... Después de una par de advertencias lo largué. Por un momento me pareción que se negaría. ¿Entonces qué hago? No puedo ni tocarle. Pero por una vez, se dio cuenta de que yo soy el profesor y él un alumno. Menos mal....

Hoy me he dormido y he llegado tarde unos 12 minutos. Llamé al centro por el camino (con peligro de mi vida porque iba conduciendo) y me dijeron que no pasaba nada.... Ya veremos. Desde entonces voy estresado. Estoy en la biblioteca. Una sala con libros que nadie lee y unos ordenadores (seis) de los cuales sólo funcionan dos. Bueno, voy a desayunar porque todavía no he tenido tiempo.

jueves, 2 de febrero de 2006

Duda

Circulaba el otro día por la A-3 dirección Valencia. He visto la siguiente señal:

¿Pero qué pretenden? ¿Que me agache mientras conduzco o que rece para que un avión no me golpee lateralmente? Lo único sensato es ignorarla.

He expulsado a mi primer alumno. Se estaba poniendo muy pero que muy pesado. Estar en esa clase deprime a cualquiera. Poco después tuve una charla con un profesor de Dibujo; de lo que me dijo casi se podría deducir que un día irá a clase con una recortada y hará justicia.

Todavía no tengo la llave del departamento