jueves, 28 de diciembre de 2006

Confesión

Garin, por supuesto, no es mi nombre real. Tampoco Piétrovich es mi patronímico, ni mi apellido. De hecho, quizá es el momento de decir, que tampoco mi género sexo es el masculino. En efecto, soy una mujer, pero me vais a permitir que me haga llamar Garina. Esto explica mi especial sensibilidad al escribir, por supuesto. Me obsesiona el tema del anonimato, por eso hice este juego. No obstante, resulta algo cansado jugar durante tanto tiempo. Una posibilidad era acabar con el blog y comenzar otro desde cero. Pero ya me había currado una plantilla y, la verdad, tampoco supone tanto que revele este detalle. ¿o sí? El blog sigue adelante. Siento haber estado mintiéndoos, pero era por el instinto de supervivencia, de autoprotección.

Bueno, yo parto hacia un pueblo nevado del interior para despedir el año. ¡Feliz año a todas y todos! Nos leemos a la vuelta; el año que viene. Besos.

domingo, 24 de diciembre de 2006

Números grandes

Nos falla la intuición con los números grandes, con los grandes de verdad. Seguro que todos hemos jugado contra alguien a decir el número más grande... En un momento dado, uno decía: «infinito»; y el otro: «infinito más uno». Ya está liado el problema: ¿eso qué es?

Pero no vengo a hablar del infinito, he venido a hablar de mi libro, digo... de los números grandes (recordemos que infinito no es un número). Te propongo un juego/reto, a ti, que te gusta, odias o te la sopla la matemática. Dibuja un segmento horizontal, más o menos así:

Ahora, pon en el extremo izquierdo el 0 y en el derecho el número un billón (no el billón americano, sino el que usamos en España). Vale, haz una marca (a ojo) en la parte del segmento en que crees que debe estar el número cien mil millones.

¿Ya? Sigue leyendo en el primer comentario.

viernes, 22 de diciembre de 2006

Desinterino

Desorientado, porque ni son vacaciones ni dejan de serlo, me decido a escribir un nuevo post a pesar de que la interinidad se ha suspendido temporalmente. Estoy el número 3 en la lista de espera. En principio no cuento con que me llamen el mismísimo 8 de enero. Pero bueno, cosas más extrañas se han visto. Como siempre, espero que los dioses me cuiden como lo han ido haciendo hasta ahora y no me destierren a Villainaccesible. Sería muy bonito, todo nevado y eso pero paso.

Me levanto pronto, estudio oposiciones, resuelvo problemas, estudio un poco más. Leo, libros y blogs, me relaciono un poco. Vuelvo a estudiar. Qué asco de vida. Bueno, me voy a dar un descanso que me lo merezco... jejejeje.

Siempre que acabo en un sitio, durante los dos días que siguen al último día trabajado me sorprendo mirando el horario, que cuelgo en la pared de mi habitación con la famosa masilla azul, y pensando: «ahora estaría con el curso tal o tal». Menos mal que sólo dura unos dos días. Al día siguiente quito el horario pero aún así giro la cabeza hacia la pared desnuda de vez en cuando.

Bueno, hoy estoy algo musical. ¿Recuerdas Twin Peaks? Yo no lo vi cuando lo echaron por la TV porque era pequeño y estaba acojonado. La música del comienzo era preciosa, compuesta por Angelo Badalamenti (Google dixit). La pongo aquí:


Es mi paga de navidad, está muerta... envuelta en un plástico.

martes, 19 de diciembre de 2006

Abstrayéndome

A pesar de estar out no me puedo relajar. He ido al PROP a llevar el papel del cese. Ha sido la transacción burocrática más breve de todos los tiempos:
—Hola.
—Hola.
—Vengo a traer el papel del cese.
Extiende la mano, lo coge.
—Adiós.
—Adiós.
Unos 40 minutos después ya estaba entrando en casa. Pero no paro de estudiar para las opos y de hacer tesina (la gran olvidada). Como me pasa siempre que vuelvo a ella, no me acuerdo de nada e incluso lo que yo he escrito parece que lo ha escrito otro. Tanto formulón incomprensible da la apariencia de que es algo profundo y técnico. Sin embargo, una vez comprendido el asunto, resulta que es necesario, aunque no siempre.

viernes, 15 de diciembre de 2006

El último día

El viernes no se ha hecho tan largo como me imaginaba. Infuye que el cielo está gris; así parece más pronto de lo que es y salir a las 14:30 no parece tarde. No ha habido nada nuevo bajo el sol (o bajo las nubes). He hecho el examen, no ha aprobado nadie, pero con las notas del examen anterior suspenden sólo 4 de 20.

La guardia ha sido movidita por lo que no he podido corregir en ella todos los exámenes. Han aparecido cuatro alumnos que decían que el profesor Tal Cual no había venido y que después no tenían clase. Tras investigar en el libro de los horarios de los profes y de grupos esa información ha resultado ser una trola inmensa. No entiendo bien qué pretendían exactamente, si irse antes de tiempo o evitar una falta... no sé. Al final se han llevado partes escritos a casa.

Por suerte, mi grupo de 4º, el malo, el que tengo a última hora, se había ido de excursión y sólo han venido 4. Los he dejado a su aire por el aula mientres corregía el resto de exámenes. He pasado todo al archivo de excel y éste, al ordenador. No he pasado las notas al tamagochi y me he despedido sólo de los colegas del departamento. Adieu.

jueves, 14 de diciembre de 2006

Paz en el mundo

Calmemos los acalorados ánimos con un bonito poster soviético.

«Para el mundo, paz»

miércoles, 13 de diciembre de 2006

Garin vs. Sustituyenda

Llegué tranquilo a la reunión de departamento después de vegetar en mi querida biblioteca. Allí, entre 6 profes de mates que no había visto en mi vida está la sustituyenda. ¿Qué hará aquí? Me siento cerca de las profes con las que hablo más y también al lado de la jefa de departamento. Se comentan cosas e ideas sobre la programación de los distintos cursos; se hacen anotaciones. Yo no sé bien qué pinto allí. Se reparten unas listas con los alumnos que tienen las mates pendientes y la jefa de depto le da la lista a mi sustituyenda (cosa que me parece lógica, pero entonces, ¿para qué me dijo que fuera yo a la reunión?). La jefa la había citado también a ella.

Bien, pasa la reunión y la sustituyenda me dice de quedar el viernes, en la guardia, para que le comente cosas de los cursos. Pero no puede ser porque en esa guardia tengo que corregir el examen que tengo ese mismo viernes. Me dice que tengo que dejar las notas puestas; claro, por eso mismo tengo que corregir ese examen. Las notas se ponen a través del tamagotchi, en vez de mediante el ordenador, pero nadie sabe cómo hacerlo porque lo han habilitado por primera vez este año. Lo gracioso es que la sustituyenda pretendía que además de dejarle las medias hechas y separado todo por conceptos, procedimientos y actitudes (cosa que ya tengo hecho), le pusiera las notas en el tamagotchi. "Pues no tengo tiempo para eso" digo; «¡Ni de coña! pero, ¿de qué vas?» pienso. Protesta diciendo que ella no sabe manejar el cacharro. Se siente. Encima que me voy a pegar el atracón corrector para corregir los 20 exámenes en una hora de guardia (que ni siquiera sé si voy a tener libre) no me parece bien que exija eso.

No sería más que una anécdota si no fuera porque al salir del departamento me dice que incorporarse el lunes nos provoca molestias a los dos. ¡Vaya, pobrecita! Resulta que llegará con las notitas puestas para dar tres días de clases (pues los dos últimos son de actividades) y cobrando las navidades. ¿Y por qué no te incorporas en enero? "Diría que a mí me molesta bastante más." Fue mi respuesta. ¡Venga ya! ¡Ganas me dan de no corregir los exámenes! Pero no soy tan rastrero. Que aprenda a usar el cacharro ya es suficiente. Además hay un marrón que le dejo en herencia por capulla; lo iba a solucionar pero a tomar por culo. Ya me ha cabreado.

lunes, 11 de diciembre de 2006

Pensamientos que ningún viento se lleva

Esta es mi última semana de curro en este año. No hay vuelta atrás, el 15 (un viernes que promete ser el más largo del mundo) me tomaré unas vacaciones forzadas hasta al menos el 8 de enero, día en que quizás me llamen para volver al ruedo. Desgraciadamente esta última semana me siento distinto, sé que ya no habrá continuidad con los chicos; da un poco la sensación de que no importa lo que haga, cómo corrija, cómo se comporten en clase. Además de preparar las clases y corregir los exámenes que tengo pendientes, tengo que luchar contra esa sensación de antiprofesionalidad. Qué fastidio.

Pero en el fondo es distinto. No tengo la misma ilusión porque ya no puedo planificar nada. Todo, el lunes próximo, será distinto para ellos. Y además están las evaluaciones. Por suerte para mí y por desgracia para los chicos y el resto de profes, será mi sustituyenda quien tenga que estar en ellas. Yo, por mi parte, le dejaré las notas puestas y algunos comentarios sobre ciertos alumnos: trabajo por el que no me van a pagar.

Y mañana guardia a primera hora (si no me duermo).

martes, 5 de diciembre de 2006

Indulto por sombrero

En una cárcel, hay tres reclusos, A, B y C que han tenido buena conducta. El alcaide de la prisión quiere premiarlos con la libertad. Para ello, los reúne y les dice:

Aquí veis 5 sombreros, dos negros y tres blancos. Voy a elegir tres de ellos sin que sepáis cuáles escojo y se os pondrá en una habitaición aislada de manera que no podréis saber de qué color es vuestro sombrero. Luego os reuniré aquí y podréis ver solamente los sombreros de vuestros compañeros.

Yo voy a preguntar a cada uno, por orden, de qué color es el sombrero que lleva y él podrá responder un color pero ha de justificar la respuesta; no vale adivinar el color. Si no sabe de qué color es el sombrero deberá pasar y yo preguntaré al siguiente. Si alguien dice un color y no puede justificarlo volveréis a prisión. Si nadie dice nada, también volveréis a las celdas.

Únicamente si alguien consigue saber de qué color es su sombrero justificadamente quedaréis los tres en libertad.

El alcaide separó a los presos y le puso, para que no hubiera favoritismos, un sombrero blanco a cada uno. Luego los reunió y los presos miraron los sombreros de los otros y se pusieron nerviosos al ver que eran blancos. El alcaide preguntó al primer recluso, que tuvo que pasar. El recluso B tuvo que pasar también. El alcaide preguntó a C:

―¿De qué color es tu sombrero?

C, que era matemático, se quedó pensando mientras aumentaba la tensión. Después de unos minutos interminables dijo: Mi sombrero es blanco. Los otros presos abrieron los ojos (y la boca) y se quedaron mudos. Había acertado pero, ¿podría justificarlo? El alcaide dijo seriamente: Justifícalo. Y C dio un argumento razonado que probaba que su sombrero debía ser blanco. Por lo tanto, A, B y C quedaron libres.

¿Cómo podía saber C que su sombrero era blanco?



¡Feliz puente a todos!

lunes, 4 de diciembre de 2006

Emergencia

Estaba explicando las propiedades de las raíces n-ésimas cuando, a falta de diez minutos de que acabara la clase, suena una alarma muy rara, distinta del timbre de cambio de clase. Miro el reloj y luego a los alumnos que, curiosamente, están callados. Pienso que van a hablar por megafonía pero no es así. Finalmente les pregunto que qué es esa sirena.
Alumna habladora: Ah, es lo deeee... eso... ehhh... lo del incendio ese.
Garin: Un simulacro.
Alumna habladora: No, es cuando no hay un incendio pero suena la alarma. Un simulacro.
Garin: (mmmmmm) Y entonces, ¿qué? ¿Hay que ir fuera o algo?
Otro Alumno : Qué va. Está muy lejos. Nos quedamos aquí.
Garin (levemente asombrado): Ehhh. Bueno, nos quemaremos todos juntitos aquí.
Alumnos: Vale.

Sigo con las raíces pero veo que el reloj no funciona; son las 11:45 desde hace más de 5 minutos. No debí haberme tomado un té al limón de la máquina de Cafés Psicodélicos™. Siempre que me tomo algo pasan cosas raras. Al final algunos empiezan a decir que ese timbre era el del final de la clase, pero yo sé que no. Sigo adelante con la clase pero tengo la sensación de que está pasando algo raro: no atienden igual, miran hacia abajo... Les pregunto si ya pasó la hora, pero como para fiarse de ellos. Me dicen que no lo saben (yo creo que por pura pereza de mirar el reloj). Al final me canso y les digo que me voy y se despiden de mí tan simpáticamente. En la puerta me encuentro a la profe de Alternativa, esperando. Resulta que me he comido casi 7 minutos de la clase posterior.

Pero aún hay más. En el hueco que tenía después me he fotocopiado un problema "de pensar" que quiero dar a los terceros para el puente. Mañana lo pondré aquí también ¿creíais que no habría deberes? Mwajuajua. Eso sin problema pero andando por el pasillo noto un cierto olor a quemado. Bajo a la planta baja y allí también se nota. Se ha chuscarrado el ascensor, no sé si con alguien dentro jejejeje. La verdad es que yo ya me veía evacuando pero aquí nadie ha dicho nada. Se ha ido la luz un par de veces y los relojes se han detenido en las 12: 27. El timbre ya no funcionaba.

A última hora he tenido clase con un grupo muy bueno, pero parecía que alguien había fumigado el aula con el gas de la risa. No paraban, y es que hasta yo me estaba partiendo la caja. No sé qué pasaba exactamente; menos mal que atendían y copiaban todo y hacían los ejercicios pese a las risas. Cuando ya me han dicho que era la hora de irse les he mandado recoger. En ese momento ha sonado el timbre y el reloj ha recuperado su hora normal. Jamás he visto unas agujas de reloj que se movieran más rápido. Eso sí que ha sido la risa (esto es la crema, que dicen ellos).