Visita de la abuela

Acabo mi clase de bach y me voy a la sala de profes. Tengo en mi casillero la hoja dichosa, el pliego de cargos pero me falta la firma del secretario. Hora local: 9:10. Tengo 40 minutos para localizarlo, cuñar la hoja y fotocopiarla. Doy unas vueltas por los despachos pero el hombre no está. Total, que me decido a mirar su horario, no sea que esté en clase. Pues no, llega sobre las 11:30. Bueno, que alguien me lo firme por omisión y ya está. Finalmente, la secretaria me firma y lo cuñamos. Las 9:40. La abuela llega a las 9:45 pero ya lo tengo todo preparado.

La llevo a uno de los despachos y le cuento de qué va todo esto aunque ella debe saberlo más que yo porque ya es el segundo expediente y otra profesora ya le habrá dado una charla similar. Ella tiene que firmar el pliego, en el cual se afirma qué artículo concreto ha infringido el chico. Pero yo no tengo ni idea de qué habrá hecho para que lo expedienten. Justo cuando la conserja me avisa porque había llegado la abuela me acojono. ¿Y si es una persona de estas que defienden a su niño incondicionalmente? Pero no, es una mujer que sabe lo que tiene en casa. Entiende que el chaval es insoportable y que está desorientado; pero con la situación familiar que tiene, ¿quién no? Ya me enteré de qué pasó con su padre; por qué estaba missing. Su madre es madre soltera y el tío se escaqueó sin dejar rastro. Menudo hijo de puta. La madre está en Londres y no quiere saber nada de su hijo. La abuela tiene más hijos pero escurren el bulto como pueden, según me cuenta.

Total que la reunión, además de para comunicarle que el proceso comienza, sirve para que se desahogue un poco la pobre mujer. Le han dejado el marrón para ella sola.