lunes, 13 de febrero de 2006

Resumen

La semana pasada pasó rápidamente sin pena ni gloria. Hablé con el profesor al que sustituyo y parece que estaré aquí dos semanas más. De momento tengo que planear/perpetrar unos exámenes para los cursos que estoy llevando. He canalizado el salvajismo del curso de 3º de ESO: a los cafres que no paran de hablar, que no traen el material, que no quieren estar allí pero están obligados, que no saben ni sentarse bien los he marginado al final de la clase. Allí les dejo que hablen entre ellos siempre y cuando sea con un volumen moderado para que no molesten al 30% de la clases al que le importa algo lo que cuento. Yo no les veo la cara porque están de espaldas pero así se puede dar clase y mi garganta me lo agradece. Además lo he comentado con otros compañeros y les parece bien. ¡Yupi!

Pero un curso de los dos cuartos que tengo se está alborotando. No quiero expulsar de la clases a nadie porque en el fondo son buena gente pero se lo están ganando. El viernes saqué a una 5 minutos al pasillo a ver si se calmaba. Surtió un efecto relativo.

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