Empezando la semana
El resto de la semana pasó rápidamente y sin sobresaltos. Por fin tengo la llave del departamento. Todos los profesores son bastante majos. No así algunos alumnos que están sin civilizar. Sobre todo los de 3º de ESO. Así que tengo que hacer de domador de fieras. Quizá es parte del trabajo. No sé.
Ya no hay día que no pida una manivela. No es porque los alumnos quieran perder tiempo (que supongo que también) sino porque las persianas de las clases a la que van estos alumnos siempre están cerradas; las de las otras clases no. Como el grupo es bastante bueno no pasa nada y se comportan muy bien. El jueves expulsé a mi primer alumno. Estaba poniéndose muy pesado: levantándose, gritando, interrumpiendo a todos, molestando a los 5 o 6 que atendían... Después de una par de advertencias lo largué. Por un momento me pareción que se negaría. ¿Entonces qué hago? No puedo ni tocarle. Pero por una vez, se dio cuenta de que yo soy el profesor y él un alumno. Menos mal....
Hoy me he dormido y he llegado tarde unos 12 minutos. Llamé al centro por el camino (con peligro de mi vida porque iba conduciendo) y me dijeron que no pasaba nada.... Ya veremos. Desde entonces voy estresado. Estoy en la biblioteca. Una sala con libros que nadie lee y unos ordenadores (seis) de los cuales sólo funcionan dos. Bueno, voy a desayunar porque todavía no he tenido tiempo.
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