Gran hermano

Desde hace dos días el insti está lleno de operarios con escaleras metálicas de tijera que retiran los paneles del techo y se ponen a arrastrar cable por ese espacio recién abierto. Hoy, en la guardia, estaban picando una pared (que no era tal porque el instituto parece de cartón-piedra; era una especie de panel de aglomerado y yeso) y haciendo un gran agujero que pasa al piso de abajo. Todos los pasillos están llenos de cables del grosor de un dedo índice, negros, con letras en color gris. Desde la sala de profes, mientras me tomaba un café resucitador he visto a dos de los trabajadores mirar con cara de aprobación lo que debe ser una instalación recién hecha. Están instalando las cámaras de circuito cerrado de TV, medida que se aprobó en el anterior claustro. Según parece, habrá cámaras expuestas y también ocultas. Hummm, raro raro. Los alumnos tienen reacciones muy variadas. Tenemos a los que les da igual, a los que se oponen, a los que no saben qué opinar, los que lo ven divertido y los que creían que hacía falta. Lo que tienen en común (excepto a los que les da igual) es la curiosidad. Corren rumores de que habrá también en el gimnasio y algunos piensan que hasta en los baños. Me pareció oir que mañana entran en funcionamiento. Ya veremos.

El martes, mientras reposaba en un sillón de la sala de profes vino el chico que repone la máquina de café. Ligada como está mi vida al café, observé el proceso. Limpió la máquina, sacó un filtro o algo similar, lo limpió en el lavabo y rellenó la máquina con algo que parecía ¡café en grano! ¿es posible? Lo que es seguro es que el saco donde estaba dicha sustancia era de Marcilla. Resulta que el café es café de verdad. Otra cosa es la leche en polvo, que seguramente es de la que sobró cuando lo de Mr. Marshall. Un gallifante para los de la máquina de Kaffee.

Examen

Harto como estaba de mis niños de 5º de ESO, el examen que les puse no podía ser muy fácil. Lo admito, me pasé un poco, era largo y había que hacer bastantes cálculos con mogollón de números decimales. Incluso le dí alguna vuelta de más a la tuerca poniendo expresiones como «no inferior a» en vez de «mayor o igual». De todas formas, el examen se reducía a tres tipos de ejercicios; con un poco de atención se podía aprobar.

Cuando ya había repartido el examen me ablandé porque me pareció muy largo y eliminé una pregunta; además les dije prácticamente la respuesta a un apartado que valía un punto; un regalito, vamos. Los resultados han sido espectaculares. La mitad de la clase no ha contestado bien al apartado cuya solución dije yo (la solución era 0) y eso que bastaba poner: probabilidad = 0. Las tres notas más altas de la clase: 10, 9'4, 7'15; dos más aprueban con cinco y algo... y el resto... pues... hasta he tenido que poner dos ceros. ¡En bachillerato, ceros! Así que la media es 3,55.

Eso sí: "Apruébame, que he ido a clase."

Jinete

En ajedrez el caballo se mueve trazando una L, dos casillas en una dirección y una en la perpendicular. Es posible, en un tablero de ajedrez, que tiene 8×8 cuadrados, recorrer todas las casillas con un caballo sin repetir ninguna. Hay un montón de recorridos posibles, cómo mínimo 13 billones. Yo propongo uno, pero con pistas, que hace calor y no apetece pensar mucho...

Completa el recorrido del caballo por el tablero. Trata de moverlo en forma circular y lo más pegado a los bordes que puedas. Feliz viaje.

Un nuevo superhéroe ha nacido

Sonó el timbre que pone fin al recreo y apuré el odioso pero a la vez casi-imprescindible café de máquina. Me acercaba a la papelera a tirar el vasito cuando un profe mayor, con el que tengo una guardia de patio, me dice algo acerca de mi ropa. Llevo una camiseta de manga larga azul y, encima, una de manga corta roja con un dibujo. El tío me comenta que parezco como supermán pero distinto; no acierta a decir la palabra... un superhéroe, dice al final.
—Sí, soy Paciencia-man— dije.

Destripando la multiplicación rusa

Hace un mes comenté cómo multiplicar à la rusa. Hoy toca saber por qué ese método tan extravagante funciona.

La clave de la multiplicación rusa está en la numeración en base 2; números binarios.

Nosotros usamos todos los días la base 10; estamos tan acostumbrados que no somos muy conscientes. Eso quiere decir que el número 247, en base 10, es 7 + 4·10 + 2·100. Si 247 está en base 8, sería el número 7+ 4·8 + 2·8². El número 247 en base 10 lo representamos así: 247₍₁₀.

Para pasar un número en base 10 a otra base b inferior, se hacen unas divisiones sucesivas entre b. Nos tenemos que fijar en los restos que salen de hacerlas y el último cociente: a ver qué sale para el 57, que es uno de los números que usábamos en el ejemplo:

57/2, resto 1; cociente 28
28/2, resto 0, cociente 14
14/2, resto 0, cociente 7
7/2, resto 1, cociente 3
3/2, resto 1, cociente 1

y ya no podemos seguir. Ahora tomamos el último cociente y los sucesivos restos, desde el último hasta el primero. Queda esta secuencia: 111001. Pues éste es el número 57 en base 2; es decir, que
Si hacemos la multiplicación 57·112, pero cambiando el 57 por este valor, obtenemos
Voilà!

Probabilidad aplicada al Mundo Real™

¿Quién soy?:

"Me ha tocado 80 veces la lotería en los últimos 15 años."

Solución: aquí.

Por lo visto, no me ha apetecido comprobarlo, la probabilidad de que ocurra eso es aproximadamente igual a 1/(4,3·10²⁵). No es imposible pero es harto improbable.... Es sólo 10 veces más probable que escoger completamente al azar dos veces el mismo grano de arena de entre todos los que hay (una estimación generosa propone 10²⁶) en el planeta Tierra. Casi nada.

Ruedas

Cuando toca el timbre para el patio salgo del departamento para irme a casa. Fuera del insti, están los típicos profes fumadores charlando un rato. Veo a otro de mates que es un cachondo y decido quedarme hasta que se acabe el recreo. La conversación va de ruedas pinchadas; poco a poco voy atando cabos y descubro que a dos profesores (una profe y este chico de mates) les han desinflado una rueda. Desinflado o pinchado, en ese momento creen que sólo desinflado. Ella está esperando al del seguro para que mire a ver qué pasa; él ha llamado a su mujer, en el coche de la cual hay un compresor que se enchufa al encendedor del coche.

Vamos a ver los coches, que curiosamente estan aparcados inmediatamente a la derecha del mío. Me asusto y compruebo a toda prisa mis ruedas: todas bien. Los dos coches son azul oscuro; existe la teoría de que ha sido un encargo. Algún alumno puede haber dicho a otro chico mayor, que esté fuera del insti, el color del coche a trastear. Llega el del seguro y la mujer del otro. Se comprueba para alivio de los dos profes que las ruedas sólo están desinfladas. Todo queda en algunas molestias. Sin embargo, ¿cómo encontrar a los que lo hicieron? Por suerte, los alumnos pueden enterarse de eso bastante más fácilmente que un profe, y algunos están dispuestos a proporcionar información. Quizá haya más noticias.

Mis pequeñines

Comienza la semana con bastante tranquilidad, pero acabando la jornada con los niños de quinto de ESO. Hay que ver cómo están de pesados. Incremento el nivel de seriedad con ellos a ver si resulta; parece que va algo mejor pero en un momento de la explicación en que hay algo similar al silencio escucho, desde el final de la clase:
«... y a mí me gusta más el fútbol.»
Ya, ya está. Paro la explicación y los mando fuera. Para hablar de fútbol, al pasillo. Les increpo: «¡Esto parece 5º de la ESO!»
Al rato, viendo que la clase funciona adecuadamente, los dejo entrar y ya todo parece ir bien. Les pongo un ejercicio con varios apartados y me paseo por ahí a ver las dudas que tienen. En un momento dado, me dice un chico:
—Gaaaaarin, que Menganita me ha dado una colleja. Dile que me pida perdón.
Me quedo mirándolo, flipando, y sólo puedo decir:
—¿Dije quinto de ESO? Cuarto o tercero diría yo... y bajando.

Examen y ...

Antes de ir a clase me fui a ver a mi amigo Nicholson para entregar la instancia de las oposiciones. En contra de lo esperado la espera fue breve. Me atendió la mujer habitual; la Superseria (ojo, no es un estereotipo, es una persona concreta). Que ni saluda ni se despide ni, a veces, dice una sola palabra. Sólo te mira con indiferencia con sus ojos azules inexcrutables y cuña las páginas estrictamente necesarias.

Llego al insti y preparo los folios y los exámenes. Una vez allí, reparto y me siento a disfrutar del silencio. De pronto, una chica que estaba en primera fila pega un chillido: ¡Aaaaaaaaaaaah! y lanza su pulsera al otro extremo de la mesa. ¡Una arañaaaaaa!

Vuelve el silencio. Dos de los alumnos tenían pendientes las mates de 3º y el examen era también hoy. Sin embargo me los he visto en clase. Me preguntan por el examen de 3º. ¿Cómo? Pero si el examen era a las 10 en la biblioteca y ya son las 12 y 20. Malditos ineptos, ni se habían enterado. Y además no habían estudiado para el examen de vectores. Me temo que los cateo.

Huelga de alumnos

He tenido un día atípico. Había convocada una huelga de profes que finalmente se suspendió. Paralelamente había también una huelga de alumnos. El motivo ellos no lo saben (yo tampoco). Pregunté y supuestamente es para pedir más inversión en la educación. Pero bueno.

He tenido un par de horas libres y me había escapado al departamento a escribir un post. Cuando ya la tenía todo escrito le he dado a publicar, se ha ido la conexión y se ha perdido en el limbo.

Quería comentar una pequeña anécdota con la huelga de fondo que me pasó ayer. Mañana tengo un exámen con 4º y en la clase de ayer comenté que en la clase de hoy, jueves, haríamos un repaso la los últimos 15 o 20 minutos. Veamos, veamos...

ACTO I

(En el aula de 4º de ESO; los alumnos fingen copiar lo que hay en la pizarra. Un ALUMNO llama a GARIN para preguntarle algo)
ALUMNO: ¿Vas a hacer repaso?
GARIN: Sí, mañana, en los últimos 15 minutos.
ALUMNO: Pero hacemos huelga. No va a venir nadie.
GARIN: Bueno, ¿y qué?
ALUMNO: Pues que tendrías que hacer el repaso hoy.
GARIN: El repaso es el día antes del examen; ese día es mañana.
ALUMNO: Pero es que no vamos a estar.
GARIN: Ir a la huelga es voluntario. Si vas, tendrás que asumir las consecuencias.
ALUMNO: ¡Es injusto!
GARIN: ... ... volvemos a los vectores.

A última hora han venido 4 gatos alumnos y hemos hecho toda la clase de repaso.

Ayer y hoy

El lunes fue un día de esos en que uno pierde la vocación (por cierto, yo no creo en la vocación) y, sin embargo, o quizás para compensar, hoy ha sido un día en que todo ha ido muy fluído. Ayer los prebachilleres no hacían ni puto caso de nada; me mosqueé y paré la explicación dejando una frase a mitad. Se hizo el silencio y les pedí que acabaran ellos el ejercicio de ejemplo que estaba haciendo yo y que lo hicieran en una hoja aparte con el nombre para entregármela. Algunos ni se molestaron en entregar una hoja en blanco; y eso que uno de los apartados ya lo había hecho en la pizarra, y no la borré.

Hoy estaban mucho más cautos. Decidí darles donde más les duele: escribiendo fórmulas matemáticas con letras griegas. Les he repartido unas hojas, que generalizan los contenidos del día anterior y que paso de explicar a la pared. Mwajajajaja. Y luego explicación a una velocidad un poco mayor. Esto viene haciendo falta desde hace un tiempo; hay dos o tres personas que lo llevan bien y a veces se aburren. Los mantas estos lo quieren todo masticadito y si puede ser digerido, pues también.

P.D. He pagado las tasas de las opos: 28,75€. Curiosamente, menos que en otras comunidades autónomas.

Corrigiendo exámenes

Estoy hasta el gorro de los niños de bachillerato. Mañana me desahogo en condiciones. He acabado ahora mismo de corregir una montaña de exémenes y estoy algo ofuscado. Me voy al sobre que mañana madrugo.

El cuerpo bajo la sábana

Hoy me ha ocurrido algo nuevo en el camino hacia el insti. Como alguna vez he dicho, el caminito se las trae; algún día debo dedicarle un post. Tiene partes de carretera decente, un trozo de autovía, carretera menos decente, carretera con baches, algo que ya no puede llamarse carretera y unas cuantas rotondas. Al final se llega a una pendiente bastante pronunciada al lado de la cual está el instituto. Cuando llueve, ríete tú de las Niaga Falls. El panorama asusta más si añadimos los 4 o 5 autobuses que llevan a los niños a sus casas.

Bien, que empiezo a divagar. Todo esto va porque al poco de dejar una de las carreteras decentes y tomar otra peor he notado una retención anómala. Siempre encuentro retenciones pero no allí (¿quién rayos va a coger esa carretera?). Poco a poco veo la familiar gasolinera a mi izquierda y dos coches de la guardia civil a la derecha; parados en lo que debería ser el arcén (sólo había tierra). La sirena estaba apagada pero no así las luces azules. Entre los dos coches había una sábana blanca en el suelo que tapaba algo. Como iba a poca velocidad he podido deducir que era una persona. Encima de donde estaba la cabeza había un casco de obra blanco. Pasé ese punto, llegué al instituto, impartí clase como de costumbre y volví por el mismo camino de siempre. Al llegar a la gasolinera ya no había ni rastro ni había sangre ni había señales de nada.

Lo que haya pasado me quedará oculto para siempre.

Quinto de ESO

Estoy a mitad de camino entre la desesperación y el desencanto con los chicos de bachillerato. Ayer una alumna me dejó a cubos cuando me dijo que no sabía sumar 1/5+2/4. Las operaciones con fracciones se han visto en 1º, 2º, 3º y 4º y están apareciendo constantemente todos los días. Diez minutos después otro figura de la clase (que para más desesperación es uno de los cinco que tiene interés) me dice que no entiende el siguiente razonamiento:

Z = A + B, v = 1 – Z, luego v = 1 – (A + B)

Que esos paréntesis de dónde salen. Seguramente se me desencajó la mandíbula y me salió la vena del cuello porque me miró raro y como un poco acojonao.