Garin al rescate
Hoy he "salvado" a un alummo de una trampa mortal. Recordemos que cierto profesor me etiquetó de super-héroe; y curiosamente hoy llevaba el traje puesto, es decir, que llevaba la misma combinación roja y azul. Esta mañana estaba algo nublado y parecía que iba a refrescar; no fue así.
Pasaba por el pasillo, una vez acabadas mis clases, y he oído unos golpes en una puerta y a tres o cuatro chavales partiéndose de risa.
—¿Qué pasa aquí?
—Nosequién se ha quedado encerrado en el baño.
—... ...
No es la primera vez que saco a alguien del baño-que-atrapa-a-la-gente pero el chico que estaba encerrado estaba histérico y muy cabreado.
—¡Cabrones! ¡Dejadme salir! ¡Dejadme saliiiiiiiiiiiiiir!
Total, que introduzco la llave en la cerradura. La manivela no funciona, la puerta se queda trabada y sólo se puede abrir con una llave. Seguro que si miro dentro encuentro algún esqueleto de algún alumno tímido que no dijo nada y allí se quedó. Le digo al cautivo que se aparte, que voy a disparar al cerrojo (los demás se descojonan vivos) pero no me escucha, está muy alterado. Giro la llave y la puerta se abre con tan mala suerte que el chico empuja sin querer y se vuelve a cerrar. La histeria sube un par de puntos. Vuelvo a girarla y eso coincide con un estirón del chico. La puerta se abre de par en par, él casi se cae y sale al pasillo un enfurecido alumno de más de metro ochenta. Los demás huyen cobardemente. Le tranquilizo un poco y se vuelve a su clase, hiperventilando.
El IES Sin Nombre está a salvo de nuevo pero, ¿durante cuánto tiempo?
Pasaba por el pasillo, una vez acabadas mis clases, y he oído unos golpes en una puerta y a tres o cuatro chavales partiéndose de risa.
—¿Qué pasa aquí?
—Nosequién se ha quedado encerrado en el baño.
—... ...
No es la primera vez que saco a alguien del baño-que-atrapa-a-la-gente pero el chico que estaba encerrado estaba histérico y muy cabreado.
—¡Cabrones! ¡Dejadme salir! ¡Dejadme saliiiiiiiiiiiiiir!
Total, que introduzco la llave en la cerradura. La manivela no funciona, la puerta se queda trabada y sólo se puede abrir con una llave. Seguro que si miro dentro encuentro algún esqueleto de algún alumno tímido que no dijo nada y allí se quedó. Le digo al cautivo que se aparte, que voy a disparar al cerrojo (los demás se descojonan vivos) pero no me escucha, está muy alterado. Giro la llave y la puerta se abre con tan mala suerte que el chico empuja sin querer y se vuelve a cerrar. La histeria sube un par de puntos. Vuelvo a girarla y eso coincide con un estirón del chico. La puerta se abre de par en par, él casi se cae y sale al pasillo un enfurecido alumno de más de metro ochenta. Los demás huyen cobardemente. Le tranquilizo un poco y se vuelve a su clase, hiperventilando.
El IES Sin Nombre está a salvo de nuevo pero, ¿durante cuánto tiempo?
1 comentario:
¡Ese es mi héroe! ¡Ja,ja! ¿Y lo grabaron las cámaras? ¿Lo veremos en You tube próximamente?
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