miércoles, 13 de junio de 2007

Altibajos

Hoy he tenido dos exámenes que ya he corregido. Son los últimos del curso sin contar las recuperaciones, que se me acumulan entre mañana y pasado. Por suerte, en las recuperaciones hay menos alumnos que en un examen ordinario; por desgracia mis alumnos son tan malos que una recuperación es como un examen ordinario. Se salva el grupo de 4º de la ESO, en el que sólo 5 me tienen que recuperar.

En el 4º de ESO he puesto un examen muy corto y fácil pero, claro, había que haber estudiado al menos un poco. Después de un momento de pánico, nervios y chicas temblando parece que no ha salido tan mal. Un chico, llamémoslo A, se me ha quedado traspuesto después del examen. Le he comentado cómo era la manera óptima de resolver los ejercicios y se ha echado las manos a la cabeza. Nota mental: no comentar cómo-se-hizo aunque me insistan con todas sus fuerzas.

En el recreo lo he visto en un escalera y como estaba de guardia, le he "invitado" a ir al patio. Al final me he sentado a su lado porque estaba en plena meditación. Yo iba a corregir los exámenes, después de la siguiente clase, y así les diría a los interesados qué nota tenían. Estaba lamentándose en voz alta y se ha puesto trascendente; con voz temblorosa e insegura me ha preguntado: "Garin, ¿tú crees en Dios?" Sorprendido, le contesto que no y él exala un suspiro. "No esperes milagros, A" y lo hice salir.

Corregí su examen (un 3) y calculé su media: contando la actitud (un 20%) llega a 5,17. Aprobado. Cuando ha venido a la sala de profes y buscaba su examen se podía palpar el miedo. Se lo di y casi se me pone a llorar. Le calculo la media y al ver su nota casi da un doble carpado mortal. Pobrecillo; me ha dado hasta las gracias.

4 comentarios:

amelche dijo...

Mira a qué hora termino de corregir exámenes y me voy a la cama. En fin, mañana más. (Si lo sé, no pido el alta, ¡je,je!) Una cosa positiva: las chicas formales de 4º me han pedido que me vaya con la clase y otros profesores de comida de despedida fin de curso el martes. Y, como va el tutor y más gente, he dicho que sí. Si tuviera que ir sola con esa clase, habría puesto alguna excusa. No son malos del todo, sólo un poco golfos. Pero, si en clase no hay quién los aguante, imagínate salir a la calle con ellos... Y para que me mire todo el pueblo, pues no. Pero si vamos varios, es otra cosa.

Anónimo dijo...

Hijo de mi vida, ese alumno, agradecido y sensible. No ha estado mal, ya que ha llorado después de la nota y no antes.
SALUDOS GARIN

Garin P. dijo...

¡Qué bien lo de esa comida! Con mis chicos no creo que se haga nada. Hay una clase que se salva pero los demás los pasaba yo por la plancha y los tiraba a los tiburones.

Moniwen: Sí, ha sido un detalle por su parte. Por suerte este chico es de los que se lo curran pero le cuesta un huevo y luego se deprime... el año que viene ya no se coge mates y me parece genial. Espero que le vaya muy bien.

amelche dijo...

Y se han portado mejor que en clase, increíble. Muy bien, muy bien, muy sanos (han bebido sólo agua), luego nos hemos ido a un pub del pueblo a jugar al billar y los dados y los profesores nos habíamos sentado en una mesa y se han venido a sentarse y hablar con nosotros... Increíble. Y no eran sólo los empollones, también los más golfos se han portado fenomenal. Vamos, que he pensado: "¿por qué no me he ido nunca de comida con los alumnos?" ¡Si se pasa mejor que con los profesores!