Tu quoque, GF
GF, el alumno gigantesco es, de nuevo, el protagonista de un post.
Ayer me comentó su tutor que la profesora de inglés le había puesto otro parte y que como había roto el compromiso que firmó lo expulsarían después de semana santa, como ya pasó con unos cuantos de mis alumnos.
Hoy, cuando llego al aula minimal donde tengo al grupo elemental, GF está iracundo, dando patadas a su mochila con ferocidad. Aprieta los puños y los dientes y la mirada es de auténtica ira.
—¿Qué te pasa, GF?
—... nada ... la de inglés .... —balbucea.
Entran a clase y GF se amolda en su sitio. Su sitio es como el sofá de Homer, de los Simpsons, tiene ya su forma pero en negativo. Allí acumula ira y rabia hasta que en un momento me pide con voz baja salir al baño. No se lo concedo y agacha la cabeza. Una lágrima se asoma por uno de los ojos y le dejo salir por dos motivos:
1. No quiero que explote en clase porque es evidente que a la mínima la va a liar.
2. No quiero que los demás lo vean llorar porque se meterán con él y se aplicará el punto 1.
Sale por la puerta empezando a llorar y cuando sigo con la clase se oye un grito: ¡Mierdaaaaa! Es GF que grita por el pasillo pegando puñetazos a las paredes. Pido disculpas a la clase y salgo por el pasillo a buscarlo. Otro profesor lo intenta parar pero se zafa y se va a un baño. Al ver que yo salgo de una clase me dice que no me preocupe, que avisará a la jefa de estudios y que puedo volver al aula.
A los cinco minutos entra GF en silencio y se sienta. Cinco minutos después está tan feliz hablando del Chiki-chiki y de no sé qué más tonterías.
Acaba la clase y busco a los profesores de guardia; no están. Finalmente me encuentro con la profe de inglés y con el profesor que lo intentó parar y con la vicedirectora. Les comunico todo y mañana hablaré con el tutor.
Por otro lado, Elemento ha decidido escaquearse de mi clase. En el recreo estaba porque lo vi saliendo del rincón de los fumadores. Es especialmente relevante porque faltó a un examen la semana pasada y lo tenía hoy. Mañana miraré si se escapó o hay registro de que vinieran a por él por enfermedad.
Ayer me comentó su tutor que la profesora de inglés le había puesto otro parte y que como había roto el compromiso que firmó lo expulsarían después de semana santa, como ya pasó con unos cuantos de mis alumnos.
Hoy, cuando llego al aula minimal donde tengo al grupo elemental, GF está iracundo, dando patadas a su mochila con ferocidad. Aprieta los puños y los dientes y la mirada es de auténtica ira.
—¿Qué te pasa, GF?
—... nada ... la de inglés .... —balbucea.
Entran a clase y GF se amolda en su sitio. Su sitio es como el sofá de Homer, de los Simpsons, tiene ya su forma pero en negativo. Allí acumula ira y rabia hasta que en un momento me pide con voz baja salir al baño. No se lo concedo y agacha la cabeza. Una lágrima se asoma por uno de los ojos y le dejo salir por dos motivos:
1. No quiero que explote en clase porque es evidente que a la mínima la va a liar.
2. No quiero que los demás lo vean llorar porque se meterán con él y se aplicará el punto 1.
Sale por la puerta empezando a llorar y cuando sigo con la clase se oye un grito: ¡Mierdaaaaa! Es GF que grita por el pasillo pegando puñetazos a las paredes. Pido disculpas a la clase y salgo por el pasillo a buscarlo. Otro profesor lo intenta parar pero se zafa y se va a un baño. Al ver que yo salgo de una clase me dice que no me preocupe, que avisará a la jefa de estudios y que puedo volver al aula.
A los cinco minutos entra GF en silencio y se sienta. Cinco minutos después está tan feliz hablando del Chiki-chiki y de no sé qué más tonterías.
Acaba la clase y busco a los profesores de guardia; no están. Finalmente me encuentro con la profe de inglés y con el profesor que lo intentó parar y con la vicedirectora. Les comunico todo y mañana hablaré con el tutor.
Por otro lado, Elemento ha decidido escaquearse de mi clase. En el recreo estaba porque lo vi saliendo del rincón de los fumadores. Es especialmente relevante porque faltó a un examen la semana pasada y lo tenía hoy. Mañana miraré si se escapó o hay registro de que vinieran a por él por enfermedad.
2 comentarios:
¡Qué edad más difícil!
Época de rebeldía y anarquía. Que ahora, medianamente lejos, vemos y observamos desde otro prisma.
Qué duro estar en ciertas posiciones autoritarias como padres, profesores..., donde se produce un conflicto de intereses que no sabemos como aliviar.
Suerte con el susodicho.
Son difíciles estos chicos; pero en el fondo me caen bastante bien.
No pude hablar con el tutor; el lunes tendrá que ser.
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