La puerta
El IES Mini Wini se está volviendo un lugar peligroso.
El viernes pasado, tras recoger el proyector y el portátil y llevarlos a Secretaría vi, a través de una ventana interior, que en una aula especial (de plástica, música, tecnología...) estaban los alumnos, un profesor, el director y la jefa de estudios. Parecía una bronca de las buenas.
Hoy, en una de las guardias, un profe de plástica que la comparte conmigo me dice,
—¿Sabes lo que me pasó el viernes a última hora?
Y se saca unas pastillas de color salmón y se toma una. En esa especie de papel de plata que llevan por detrás los envases de las pastillas pone «Valium».
No me lo dice sino que me lleva al aula a verlo. Cuando llegamos frente a la puerta veo que está reventada como si le hubieran dado un mazazo desde dentro.
—Como estamos usando pinceles, antes de acabar la clase tenemos que parar y limpiarlos. Algunos se querían ir sin hacerlo y les dije que nadie se iba sin limpiar. Uno dijo: "Si no he hecho nada en clase, ¿por qué los tengo que limpiar?. Y les cerré con llave para que no se escapara nadie. Y ese alumno cogió y cargó con el hombro contra la puerta dejándola así.
La guardia estaba tranquila y me bajo con él a tomar un café. Me dice muy serio que a los tarugos como esos los ponía a picar piedra para que liberen su agresividad incluso en días como el de hoy, tan lluvioso. Y al mirarle a los ojos supe que lo decía en serio.
El viernes pasado, tras recoger el proyector y el portátil y llevarlos a Secretaría vi, a través de una ventana interior, que en una aula especial (de plástica, música, tecnología...) estaban los alumnos, un profesor, el director y la jefa de estudios. Parecía una bronca de las buenas.
Hoy, en una de las guardias, un profe de plástica que la comparte conmigo me dice,
—¿Sabes lo que me pasó el viernes a última hora?
Y se saca unas pastillas de color salmón y se toma una. En esa especie de papel de plata que llevan por detrás los envases de las pastillas pone «Valium».
No me lo dice sino que me lleva al aula a verlo. Cuando llegamos frente a la puerta veo que está reventada como si le hubieran dado un mazazo desde dentro.
—Como estamos usando pinceles, antes de acabar la clase tenemos que parar y limpiarlos. Algunos se querían ir sin hacerlo y les dije que nadie se iba sin limpiar. Uno dijo: "Si no he hecho nada en clase, ¿por qué los tengo que limpiar?. Y les cerré con llave para que no se escapara nadie. Y ese alumno cogió y cargó con el hombro contra la puerta dejándola así.
La guardia estaba tranquila y me bajo con él a tomar un café. Me dice muy serio que a los tarugos como esos los ponía a picar piedra para que liberen su agresividad incluso en días como el de hoy, tan lluvioso. Y al mirarle a los ojos supe que lo decía en serio.
1 comentario:
¡Madre mía, cómo está el patio! Si hay algo de lo que me alegro es de no ser profesora de tecnología, con tanta herramienta al alcance de los alumnos, ni de plástica, donde las pinturas, tijeras, pegamento y demás también pueden ser peligrosos.
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