Viajes

La semana ha sido muy movidita. Primero Zoya y yo hemos estado visitando a una amiga y a su novio en Madrid, donde trabajan como muchos jóvenes más en un puesto que está por debajo de sus respectivas preparaciones y cobrando una miseria con la que apenas se puede subsistir en una ciudad donde los alquileres de pisos equivalen casi a un sueldo mensual.

Allí conocimos a varios amigos suyos que están en una situación similar. La nueva moneda legal en Madrid es el vale de 5€ o de 7 nosecuanto, que es una parte del sueldo y que por lo visto, de esa manera queda sin declarar y contribuye a un pequeño beneficio para la empresa.

El fin de semana aprovechamos para hacer un mínimo de turismo y salir por ahí. Ir a una zona de fiesta (Huertas) costó tanto tiempo de llegar que me dormí en el autobús.

El miércoles pasado, aprovechando el puente fui con unos amigos a Dublín, la ciudad menos turística de Europa. Poco hay que ver allí; la ciudad es pintoresca, hay muchas casas de ladrillo, de tres pisos que no se ven por estas latitudes. En el centro de Dublín hay una escultura/monumento que consiste en un palo de muchos metros de longitud. Se llama Spire, creo, nosotros lo llamábamos simplemente pirulo. No le hice ninguna foto porque no me cabía bien en la cámara. Sin embargo he encontrado esta foto en internet.

Lo que sí tiene Dublín es muchos bares, típicos irish bar. El más famoso es Temple Bar, que da nombre a una zona de fiesta. Así que casi todas las noches íbamos allí, cruzando la vía del tranvía, mirando bien antes de cruzar porque conducen por la izquierda, a ingerir pintas de cervezas variadas. Por cierto, hay que decir que los irlandeses o hablan muy bien inglés o no se les entiende nada; no hay término medio.

Pero vuelvo a la dura realidad y estoy de nuevo en mi habitación, tratando de que la tesina avance y resolviendo problemas. Estoy el número 18 en la bolsa de trabajo. Queda muy poco para ir al exilio.