El anonimato
Se nota este parón vacacional en la frecuencia de los posts. El blog está dedicado a la interinidad, en sus facetas interesantes, aburridas y también en las miserables; pero ahora tengo poco material (que no es más que recuerdos y/o pensamientos, es decir, conexiones neuronales, impulsos eléctricos). La tesina-cansina absorbe gran parte de mi tiempo y también de mi energía. Además no quiero poner detalles de la misma por dos motivos: (1) es un tema especializado de matemáticas tan abstracto como aburrido y que además no se puede contar en menos de 5 minutos. Y 5 minutos de lectura ya es algo considerable. Lo paso mal cuando alguien me pregunta de qué va. No quiero edulcorarlo porque si no sería como no decir nada y no quiero tomar por idiota a quien pregunta pensando que no lo va a entender; así que acabo buscando símiles y referentes en cosas que están más a mano. No es como contar que estudias la reacción de unas bacterias al hacer esto o lo otro en su entorno y (2) hay poca gente en matemáticas haciendo el doctorado y cualquier descripción de la tesina puede desembocar en una reducción del anonimato que intento preservar. Esto del anonimato daría para otro post.
A menudo pienso que, aunque debería darse una carambola impresionante, alguno/a de los lectores podría ser un futuro alumno o un futuro colega de curro. Me recorre un impulso frío por la espalda y me aterra un poco y a la vez me parece sumamente interesante. El anonimato se podría ir a tomar por culo. Y realmente deseo permanecer en él porque si no, no creo que pudiera hablar francamente. Me gusta que sea gente que en principio es ajena a lo que pasa la que pueda leer acerca de ello. Si tú, oh lector, oh lectora, acabas estando en mi insti (en calidad de lo que sea), te pido que no digas a nadie (y mucho menos a mí) que me has descubierto. Sin duda será más divertido para todos.
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