viernes, 27 de enero de 2006

Sustitución

Sobre las 11:50 aparecí por el edificio en el que se realizaba la adjudicación. Delante de él hay un bar con un mural en el que está pintado Jack Nickolson, en la famosa escena de El Resplandor.

Me siento en una silla incómoda y leo un periódico gratuito. Cuando ya me lo se de memoria y levanto la cabeza se han juntado unas 30 personas. A las 12:25 me acerco al grupo; hay un poco de tensión en el ambiente.

Me he equivocado de sitio. Eso es lo que pienso porque el tiempo pasa y no sale nadie a llamarnos. Finalmente localizo a un tío de un sindicato y el aburrimiento vence al nerviosismo. Llaman a los de las especialidades de Dibujo, Biología y no sé cuál más. Yo, a esperar.

Al rato baja gente con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Qué envidia! Y de repente nos llaman y nos abalanzamos como fieras sobre la escalera que es de un carril. Formamos una fila pero nadie quiere quedarse atrás; yo diría que hasta hay codazos. Y como no podía ser de otra forma, arriba esperaramos diez minutos más.

Llaman a los de mi especialidad y vamos dos, una chica de unos 28-29 y yo. Ella es la primera en elegir, luego va otra chica que no ha venido y después yo. Ella ha cogido una sustitución en Torrente. Yo en otro sitio. De inmediato me mandan a hacer papeleo porque soy nuevo en esto, mientras todos sonrien como si esto fuera un anuncio de Colgate.

Allí conozco a un chico que hará otra sustitución en mi mismo instituto. No hay duda de que será el blanco de todas mis preguntas. Me tranquilizo pero no quiero ni pensar lo que pasará el lunes cuando entre a la clase llena de niños alborotados.

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