jueves, 18 de mayo de 2006

La cizalla y el cadáver exquisito

Con fuerzas renovadas he llegado hoy a las puertas del instituto Mad Max. Pienso en la reunión con la madre del inglés. Le doy el móvil a la jefa de estudios, junto con un parte que el niño se negó a firmar. Tengo mi "querida" clase de tecnología con medio grupo malo. Se portan bien. Trabajan, hacen algo de ruido pero es normal: se tienen que levantar, usar la sierra eléctrica, el serrucho, el metro, elegir piezas de madera adecuadas.... A uno de los alumnos se le rompe la sierra (me refiero sólo a la parte de metal con dientes) de la sierra eléctrica. No pasa nada. La verdad es que es de una calidad pésima (fueron compradas en un todo a 1€; verídico). Cojo otra para cambiarla; ya lo he hecho otras veces, casi 0,5 veces por clase. Es demasiado larga, hay que recortarla porque si no se curva y la sierra vibra, podría romperse. Cojo la cizalla más cercana y aprieto.

Hoy es un día muy caluroso, el cielo está totalmente gris pero el viento es muy cálido. El taller de tecnología es un invernadero. Todos sudamos. Me resbala la cizalla y, a la vez, consigo cortar el trocito de metal. Suelto la cizalla como si quemase. Me he pellizcado un dedo con el mango. Es una herida pequeña pero sangro como un cerdo. Salgo a lavarme. No era para tanto, pero, ¡joder!, ¡duele! (ver foto adjunta).

Después tengo una tutoría con mi primero de la ESO, que es muy bueno. Cómo ya estoy algo cansado de hablarles de drogas, responsabilidad, decisiones y consecuencias, aflojo un poco la tuerca y me vuélvo lírico. Recuerdo que hace ya un tiempo, en clase de literatura estudié, y con unos compañeros pusimos en práctica, un método llamado cadáver exquisito. Es de la escuela surrealista. Dividí la clase en 4 grupos y cada uno hizo un poema con este método. Los resultados han sido increibles. Muy divertido y hasta había algunos versos de calidad (si es que yo entiendo de eso).

Impagable como los más pasotas sí tomaban interés en esto. Y bien es cierto que les he repetido que no habría censura, que esto es arte, que pongan lo que quieran, que sea lo que sea lo vamos a leer en voz alta. La verdad es que me parece que no se lo creían.

¿Y qué pasó con la madre del inglés? Pues no ha venido. El inglés sí, lo vi por los pasillos. Bueno, si quiere su móvil, que venga su madre. Ya he informado a los profesores interesados, a la tutora, a la jefa... Así que a esperar acontecimientos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Móviles en clase, profesor en el taburete, técnicas surrealistas, y clase de ¿Estructuras?. Joooo...como cambia todo, me hago mayor la verdad...

A ver en que queda lo del ingles.